Os escribo con la esperanza de que mis temores sean finalmente escuchados. Qué ingénua, ¿eh? Lo sé. A veces me gusta pensar que hay ahí todas esas personas que no conozco, pero que podrían salvarme. Otras, veo vuestra luz como la linterna que guía mi camino. Pero la mayoría de veces veo la tristeza en vuestra unidad. Veo la noche como la puerta a mis miedos, como la puerta a los recuerdos, a la nostalgia. La oscuridad como reflejo de mi alma. Veo la noche más triste que una despedida en la estación.Os escribo con la esperanza de poder recordar, y de ser recordada. Con la esperanza que me devolváis al instante que viví entre sus brazos. Con la esperanza de volver a sentirme segura con sus manos recorriendo mi cuerpo, con nuestros labios intentando derrumbar los muros del otro. Volvería a crear mil guerras si el premio fueran sus besos. Tengo la esperanza de volver a escuchar sus tonterías, y sus gilipolleces. Tengo un montón de esperanzas que sólo me llevarán al desastre.
Hola estrellas, os veo rotas. O quizás es que pintáis el reflejo de mi corazón.